Ese instante en el que sos consciente de que estás dandote demasiadas alas.
Ese instante en el que reconoces miradas que son piropos en desconocidos aleatorios y pensás “¿y por qué no?”.
Ese instante en el que dudas de vos mismo.
Ese instante en el que sabes que otro paso más te va a encerrar en un camino de un sólo sentido.
Morirte de ganas de darlo.
Te dejó loquito la del bus?
Me impacto pero loquito no me dejó. Abrió algunas cositas, na más 😀